martes, 15 de mayo de 2007

Pasan los años...

Cuántas cosas cambiaron desde aquella primera vez que saliste a la matineé con un grupo de amigos. Capaz que hasta fuiste en bondi, o te llevó el viejo de alguien y caían todos juntos. ¿Le circ, Zoo, El Alma, New York,Coyote, Midnight? Capaz que no fue ninguna de éstas pero te diste cuenta (o ya verás) que después todo evoluciona igual.

Te tomabas una birra, los más osados unas y los más loquitos ya le daban al vino. Entrabas a la matineé, bailabas te encontrabas con toda tu clase del liceo, te pedías unos tragos (sin alcohol) y si enganchabas algo eras Pelé. Dos besos, un pucho y te faltaba la corona para sentirte un rey.

Después, ya empezaste a ir a boliches posta, y ahí arranca una etapa ascendente. Salís viernes y sábados, a veces metés algún jueves y si estás inspirado el domingo te sirve también. No importa cuanto tomes, al otro día la resaca va a ser brava pero en un par de horas ya estás como nuevo.

¿Te acordás de todo eso? Mirate ahora. Ya no sos el mismo de antes, ese que le apuntaba al bulto, al que no le importaba lo que fuera a pasar mañana, cuántas veces pensaste “y bueno...mañana digo que estaba borracho y que no me acuerdo de nada”.

Uno va perdiendo en cantidad y va ganando en calidad (ojo, no todos, sobre todo lo de la calidad). Nos vamos poniendo cada vez más exquisitos, o no disfrutas más con un Jonnhy que con media botella de Dunbar? O acaso no es mejor el pucho en el momento justo que una caja en toda la noche? O tal vez no te da para la maratón de viernes-sábado (que puede costar muy cara) pero una sola buena noche rinde lo mismo. Ahora te divierte mucho más un “no sé”, que un “sí” después de 10 “no”.

Ya no somos los mismos, por suerte, tenemos otras armas, nos divertimos con otras pequeñas cosas. Tal vez ya no tengas el ímpetu y la energía que tenías antes...tal vez ya no volás de palo a palo...pero sabés donde pararte para atajarla igual.

lunes, 7 de mayo de 2007

Derrumbando un mito



Después de un tiempo sin escribir, de pensar y repensar que tema tocar en mi próxima entrada, llegué a la conclusión de que había que desmitificar ciertas cosas.

El mito que quiero derrumbar es sobre la noche montevideana en comparación con la del resto del mundo. ¿Cuántos de nosotros tenemos amigos afuera del país y hemos recibido llamados de ellos, que siendo las 5 ó 6 de la mañana en el lugar donde están, ya se encuentran en la casa? Y esto, no es problema del emigrante (puesto lo conocemos muy bien y sabemos que puede dar mucho más) sino del lugar donde se encuentra.
¿Quién no ha salido en Bs As y se ha vuelto a dormir al lugar donde se hospeda con esa sensación de que “faltó algo”? La ciudad más famosa por su noche (Bs As) en realidad nos queda un poco corta a los montevideanos, y a los uruguayos en general. Pero no decimos nada, hasta hoy. Yo voy a hacer esa denuncia. Perdón a todos los bonaerenses que conozco (flia, amigos, etc) pero más de una vez me he ido a dormir en Bs As con gusto a poco y he hablado con personas a las que les ha pasado lo mismo.
Ojo, tal vez los aburridos seamos nosotros. Tal vez sea aburrido pretender que un boliche cierre a las 7 y algo de la mañana. Tal vez sea aburrido querer entrar al boliche a las 4 de la mañana y pensar que recién va a estar despertando a esa hora. Tal vez sea aburrido querer estas cosas y no tenerlas a menos que pagues muchísima plata, o al contrario, buscándolas en algún lugar donde te llevás un par de puñaladas.
Vuelvo a repetir, perdón a los porteños, no es contra ellos sino contra la “Institución de la Noche”, es que a mi me vendieron otra cosa. Me dijeron “uy bolo´ allá tenés joda de Martes a Domingo”.

Situación: domingo de noche (madrugada del lunes), 3 de la mañana, nos hechan de un bar de puerto madero porque cierra. Vamos a buscar la noche a un boliche...cri cri...no la encontramos. Única opción (viable): Maluco Beleza. Público: entre 50 y 80 personas (de lado dejo que el ambiente no era el mejor, jugadores de fútbol, polvitos que corrían en las narices de las personas, etc)

Para peor, uno va allá con la idea de “ahora me pido un nacional”. Llegás, te sentás, mirás la carta y vas derecho: Nacional $8. “Bueno” te decís, estás en Argentina tomás lo que hay ahí. Cuando ya lo pediste reaccionás, posiblemente el nacional que te traigan sea un “Criadores”, ahí ya arranca la patada al hígado. Y cuando te lo traen a la mesa, te querés morir. Pensás “¿qué pedí? ¿un séptimo regimiento?”. Pero no. Es un whisky, pero imagínense esta foto: un vaso de vidrio de los largos, servido hasta el tope, y con dos cubos de hielo flotando (ni siquiera apoyados en el fondo del vaso). Una vergüenza, terminas pidiendo cerveza.
Pero no todo es tan malo, las mujeres están bárbaras. Ah...pero mirá que no las podés tocar, son sólo para ver. Para eso están los porteños rugbier, los que tienen guita, facheros y con onda. ¿Sos uruguayo, y del montón? No seas boludo, sentate en el boliche (que a los que se puede ir “tranquilo” son todos como W pero con el triple de onda: Mint, Asia de Cuba, etc), pedite algo de tomar (ojo con los tragos que son caros) y si tenés la oportunidad hacé lo que te enseñaron: en las difíciles “apuntale al bulto”.
Ante este cuadro, prefiero hacer una previa de esas bien largas, que arrancan a eso de las 11 y media de la noche. Con whisky y NO con cerveza, saber que mi hora límite son las 4 para decidir si dejar todo ahí o seguir. Saber que si sigo, tengo por lo menos 2 horas y algo por delante. En fin, yo me quedo con esta noche, no con el mito.